INSTRUCCIONES PARA CAMBIAR EL MUNDO
1 Constrúyase un cielo más bien cóncavo. Píntese de verde o de café, colores terrestres y hermosos.
Salpíquese de nubes a discreción.
Cuelgue con cuidado una luna llena en occidente, digamos a tres cuartas sobre el horizonte respectivo. Sobre oriente inicie, lentamente, el ascenso de un sol brillante y poderoso. Reúna hombres y mujeres, hábleles despacio y con cariño, ellos empezarán a andar por sí solos. Contemple con amor el mar. Descanse el séptimo día.
2 Reúna los silencios necesarios.
Fórjelos con sol y mar y lluvia y polvo y noche. Con paciencia vaya afilando uno de sus extremos. Elija un traje marrón y un pañuelo rojo. Espere el amanecer y, con la lluvia por irse, marche a la gran ciudad.
Al verlo, los tiranos huirán aterrorizados, atropellándose unos a otros. Pero... ¡no se detenga!... la lucha apenas se inicia .
1 Constrúyase un cielo más bien cóncavo. Píntese de verde o de café, colores terrestres y hermosos.
Salpíquese de nubes a discreción.
Cuelgue con cuidado una luna llena en occidente, digamos a tres cuartas sobre el horizonte respectivo. Sobre oriente inicie, lentamente, el ascenso de un sol brillante y poderoso. Reúna hombres y mujeres, hábleles despacio y con cariño, ellos empezarán a andar por sí solos. Contemple con amor el mar. Descanse el séptimo día.
2 Reúna los silencios necesarios.
Fórjelos con sol y mar y lluvia y polvo y noche. Con paciencia vaya afilando uno de sus extremos. Elija un traje marrón y un pañuelo rojo. Espere el amanecer y, con la lluvia por irse, marche a la gran ciudad.
Al verlo, los tiranos huirán aterrorizados, atropellándose unos a otros. Pero... ¡no se detenga!... la lucha apenas se inicia .
"Es la Juventud" dicen. La que sale a las Plazas. La que lucha, la que une... Es la juventud y no de cuerpo, sino de alma. La que moviliza, la que tiene fuerzas y ansias de cambio.
Las edades de las almas, o su maduración, no dependen del reloj. No. Dependen de la pasión en ellas. Por eso, y a diferencia de nuestros cuerpos, el alma puede rejuvenecer con el paso del tiempo.
Fue la juventud toda, con universitarixs y obrerxs la que salió en la década del '60. Con todos sus "azos" en la Argentina y algún Mayo desde fuera. Fue la juventud que creció en los cansados esclavos que lucharon contra el Apartheid. Fue, después de todo, la juventud de esos caminares, todos los jueves, los que a pesar de su circularidad, nos llevaron a tantos caminos nuevos....
Y ahora... nuevamente están naciendo (o rejuveneciendo) más almas. Hijas de la plaza. De cuál? de la del Bicentenario, la de la "despedida" al compañero Nestor, la de Egipto o aquella de Ecuador que lo pedía vivo a su presidente... Acaso importa cuál? hay tantas nuevas Plazas...
Pero tengamos cuidado. No dejemos envejecer lo nacido. Si acaso, esa es la lucha más importante.
Fuck you a las almas que no tienen cuidado.
Laura Ponzoni
Emotivo, muy. Cuando deje de pensar quizá pueda escribir algo más. Solo puedo agregar "Que florezcan mil plazas"
ResponderEliminarJuventud divino tesoro!
ResponderEliminarUna juventud que cree que ES posible y ya lo dijo el gran Scalabrini Ortiz: "Creer, he allí la magia de toda la vida".
Me gustó
@sinalat
Ay Lau... Cuanta razón.
ResponderEliminarNo puedo evitar leerlo con un dejo de tristeza y acaso una mueca de culpabilidad por haber tenido entre manos un proyecto lindo hace unos años y haberlo dejado caer. Ahora, con otros aires y otra perspectiva miro hacia atrás y no me lo perdono. Espero poder expiar mis culpas pronto.
No dejen que les suceda lo mismo. Que florezcan mil, diez mil, cien mil plazas. Abrazos antillanos y para a'lante, siempre para a'lante.